The blog Eterna Cadencia had an interesting post over two collections of short stories from Sobre Modo linterna, de Sergio Chejfec, y Relatos reunidos, de César Aira.
En Modo linterna, Sergio Chejfec continúa construyendo y ensanchando ese territorio que encuentra en nociones como experiencia, representación, narración y discurso, sus coordenadas fundamentales. Chejfec es consciente de aquello que hace no mucho explicó Luis Chitarroni: que la literatura ha perdido la confianza en la ficción (esa misma confianza que retiene el cine y, más acá, las series de tv). Por lo tanto, el acto de narrar, en estos albores de la era digital, implica conquistar o re-conquistar esa confianza. ¿Pero cuál es la estrategia? ¿Cómo se podría, sin golpes bajos, conjurar la magia perdida? Paradójicamente, la respuesta habría que empezar a buscarla en lo siguiente: no sin pruebas, no sin documentos. Hoy, la mejor ficción surge menos de los artificios y pliegues de una trama o de la singularidad o conflictos de los personajes, que de la desnudez y testimonio de la escritura; de una escritura que produzca ficción fatalmente, acaso como las arañas producen por instinto una hermosa tela. Y para eso, es en el narrador, en la construcción del narrador y su sensibilidad, donde se libra la batalla. No casualmente, autores como Sebald, Magris, Bernhard (pero también, más cerca, Levrero) deben administrar la autobiografía, los diarios, la crónica y fundirlos en la ficción.
